¿Invertir para qué, por qué, cuándo, cómo y en qué?
#1 Ahorramos e invertimos para conseguir objetivos: jubilación, fondo de reserva, compra de vivienda, matrícula universitaria de los hijos, capital para el lanzamiento de un negocio, atención médica, atención a la vejez, herencias, etc.
#2 Necesitamos hacer inversiones en activos financieros con riesgo, ya que los rendimientos del trabajo y del ahorro son insuficientes.
#3 Debemos diversificar nuestras inversiones y hacer una asignación o distribución del capital a las dos principales clases de activos -acciones y bonos- teniendo en cuenta el plazo del objetivo, la situación y capacidad financiera y la tolerancia personal al riesgo, ya que la asignación por activos representa más del 90% del rendimiento
#4 Tenemos que invertir de forma muy diversificada en términos de clases de activos y sus subclases (geografías, sectores, empresas y calidad del riesgo), para mejorar los rendimientos y los riesgos previstos
#5 Por último, debemos seleccionar las inversiones que representen las subclases de activos deseadas que tengan la mejor diversificación y el menor coste, de modo que captemos la mayor parte de la valorización
Esta es una guía de la A a la Z: sencilla, fácil y práctica. Está al alcance de todos. Está diseñado para mejorar nuestra vida financiera. Contiene una visión global del mundo, gráfica y muy actual. Pasa por los diversos países, regiones y continentes. Incluye tanto economías avanzadas como en desarrollo.
En el mundo en que vivimos, ya hemos dejado la vida 1.0, 2.0, y estamos hablando de la 3.0 o incluso más. Sin embargo, en muchas situaciones, nos parece que todavía estamos en la Edad de Piedra en cuanto a las finanzas personales, la gestión de activos y las inversiones.
De ahí que hayamos sentido la necesidad e importancia de hacer un Blog sobre los principios básicos de las inversiones personales. Básico no significa menos eficaz. Simplemente son más fáciles de entender y de adoptar. Y, de hecho, son muy simples. Porque sabemos que un pequeño esfuerzo de aprendizaje puede marcar una gran diferencia en nuestras vidas.
#1 Ahorramos e invertimos para lograr objetivos: jubilación, fondo de reserva, compra de vivienda, matrícula universitaria de los hijos, capital para el lanzamiento de un negocio, atención médica, atención a la vejez, herencias, etc.
La primera decisión que debemos tomar es definir nuestros objetivos financieros. Al fin y al cabo, ahorramos e invertimos con un propósito, el de realizar objetivos, o más bien necesidades e intereses.
Los objetivos principales, o más comunes, son: el fondo de jubilación complementario, el fondo de reserva o de emergencia para hacer frente a gastos imprevistos (reparaciones del coche o de la casa, tratamiento sanitario, desempleo temporal, divorcio, etc.), gastos previstos (para unas vacaciones de ensueño, la compra o renovación de una casa, las tasas universitarias de los hijos, la fiesta de bodas, el lanzamiento de su propio negocio, etc.), la atención sanitaria y la vida en la vejez, la herencia, etc.
https://news.gallup.com/poll/349241/americans-confidence-finances-mostly-recovered.aspx
https://www.thetimes.co.uk/money-mentor/article/top-financial-goals/
Cada persona u hogar es una situación particular. Por eso el plan financiero es muy personal, empezando por los objetivos. Pero también porque los objetivos tienen que ser realistas y alcanzables, lo que requiere evaluar la situación financiera de partida y prever la capacidad de generar ingresos en el futuro.
#2 Necesitamos hacer inversiones en activos financieros con riesgo, ya que los rendimientos del trabajo y del ahorro son insuficientes.
La segunda decisión es cuánto invertir en activos financieros y de riesgo, es decir, acciones y bonos.
¿Por qué? Por qué lo necesitamos.
Sabemos que trabajar no es suficiente, porque el capital que necesitamos para realizar nuestros objetivos es superior a los ingresos que obtenemos del trabajo. La historia también nos dice que no podemos vivir sólo de depósitos y cuentas de ahorro, porque generalmente los intereses son muy bajos y ni siquiera cubren la pérdida de poder adquisitivo.
El ahorro no es suficiente para valorar e incluso preservar nuestro patrimonio, ya que no rinde lo suficiente. Tenemos que invertir en activos financieros: acciones y bonos. Estos activos tienen riesgo, pero también tienen mejor rentabilidad. Y en esencia, el riesgo de las inversiones es mucho menor que lo que arriesgamos en términos de nivel y calidad de vida si no lo hacemos.
Así, de lo que ahorramos, debemos aplicar en el ahorro lo que necesitamos para vivir el día a día (hasta 2 años), y debemos invertir el resto para conseguir los objetivos que tienen un plazo igual o superior a 2 años.
#3 Debemos diversificar nuestras inversiones y hacer una asignación o distribución del capital a las dos principales clases de activos -acciones y bonos- teniendo en cuenta el plazo del objetivo, la situación y capacidad financiera y la tolerancia personal al riesgo, ya que la asignación por activos representa más del 90% del rendimiento
En tercer lugar, tenemos que invertir de forma diversificada. No debemos poner todos los huevos en la misma cesta.
Las dos principales clases de activos tienen rendimientos y riesgos diferentes. Las acciones tienen mayor rentabilidad pero más riesgo. Los bonos tienen rendimientos más bajos pero menos riesgo. A más rentabilidad corresponde más riesgo y viceversa.
Las acciones proporcionan valorización, y los bonos proporcionan preservación o estabilidad.
Sin embargo, el riesgo disminuye el riesgo disminuye con el aumento del plazo de inversión porque el tiempo permite diluir las fluctuaciones del mercado a corto plazo. Además, más adelante veremos que la diversificación nos permite gestionar el riesgo para maximizar las ganancias y reducir las pérdidas.
Deberíamos empezar por asignar nuestro patrimonio entre las dos principales clases de activos -la renta variable y la renta fija- teniendo en cuenta el plazo del objetivo, nuestra situación y capacidad financiera y nuestra tolerancia personal al riesgo.
La diversificación mejora el binomio entre rentabilidad y riesgo, y la asignación de activos representa más del 90% de la rentabilidad.
#4 Tenemos que invertir de forma muy diversificada en términos de clases de activos y sus subclases (geografías, sectores, empresas y calidad del riesgo), para mejorar los rendimientos y los riesgos previstos
A continuación, deberíamos profundizar en la diversificación de las clases de activos financieros hacia sus subclases más importantes, con el fin de mejorar aún más la relación riesgo-rentabilidad. En cuanto a las acciones, las principales subclases son la geografía y el tamaño de la empresa. En los bonos, las principales subclases son la geografía, la naturaleza y la calidad crediticia de los emisores.
Además, es arriesgado invertir en un solo valor o en un pequeño conjunto de valores. Podemos tener la suerte de haber invertido en Microsoft o Altria, o la mala suerte de haberlo hecho en Enron, Worldcom o Lehman Brothers.
#5 Por último, debemos seleccionar las inversiones que representen las subclases de activos deseadas que tengan la mejor diversificación y el menor coste, de modo que captemos la mayor parte de la valorización
En quinto lugar está la selección de inversiones. Estos deben ser bien representativos de las subclases de activos previstos, bien diversificados y de bajo coste.
Como hemos visto, lo mejor es invertir en un conjunto amplio de las subclases deseadas de acciones y bonos. Para diluir el riesgo de concentración. La solución son los productos de inversión indexados.
Los productos de inversión vinculados a un índice, ya sean fondos u otros instrumentos, invierten en una variedad de valores, normalmente varias decenas (o incluso cientos y miles), y con referencia al índice de subclases de activos establecido en su política de inversión. Son representativas de las subclases que queremos, más diversas, salen más baratas y las inversiones son realizadas y gestionadas por profesionales. ¿Cómo elegir los más adecuados?
A corto plazo, la evolución de los mercados financieros es incierta. Los costes de las comisiones son ciertos y, con el tiempo, debido al efecto de capitalización, representan una importante tajada de extracción de valor, que puede llegar a más del 50% de la revalorización acumulada a largo plazo. Los productos de inversión indexados con bajas comisiones son los mejores.
Así pues, llegamos a la decisión de que lo mejor es invertir en gestión pasiva, en los mejores productos de inversión indexados, fondos indexados, ETF (o “Exchange Traded Funds”) o instrumentos similares. No es casualidad que estos productos de inversión sean los que más han crecido en los últimos años. Y esta tendencia ha llegado para quedarse, y cada vez es más fuerte.
Si planificamos bien por objetivos y aplicamos las estrategias adecuadas, la probabilidad de éxito aumenta considerablemente. La planificación de objetivos y la aplicación de estrategias son, en las finanzas personales, como en todo en la vida, más del 99% del resultado.
En este blog desarrollaremos de la A a la Z los principales aspectos sobre cómo invertir bien.
Lo hacemos en un lenguaje sencillo y accesible para todos. Acompañado de imágenes o gráficos demostrativos o ilustrativos, porque una imagen vale más que mil palabras. Y con una gran orientación a la práctica, a saber hacerlo bien.
Nos centraremos en mostrar cómo tomar, y sobre todo cómo aplicar, las decisiones de inversión. Partimos de la constitución del plan financiero y de inversiones inicial, pasamos por su seguimiento, revisiones y control y llegamos a los resultados.
Queremos que sea una guía práctica y completa sobre la inversión y la gestión del patrimonio, y que esté al alcance y sea útil para la mayoría de la gente. Si no lo conseguimos, habremos fracasado.
Una última nota: este blog está dirigido a los portugueses, pero también a personas de todas las nacionalidades. Por eso, siempre que sea posible, daremos prioridad a una visión global de los mercados y las inversiones, y a la más actual posible.
Queremos mostrar todos los continentes, geografías y países. Incluyendo las economías avanzadas y en desarrollo. Sin embargo, a menudo tendremos que recurrir al ejemplo norteamericano, porque en muchos de los casos que abordaremos, los datos, análisis y estudios sólo están disponibles para este país.
A veces mostramos datos que ya tienen algunos años, ya que no siempre hemos encontrado la información más actualizada.
Por último, la mayoría de los gráficos no fueron hechos por nosotros, sino que, por el contrario, fueron importados de otras fuentes que se mencionan debidamente; la razón es muy sencilla: entendimos que sería imposible hacerlo mejor. Sin embargo, creemos que esta perspectiva no es reductora. Por el contrario, es amplio y exhaustivo, porque sabemos que estos datos se aplican a todos los países y a todas las épocas.